Buenos días!!
El segundo Eolo, es el hijo de Poseidón y fundó la ciudad de Lipara y el tercer Eolo, el hijo de Hípotes, llegó a unas islas que denominaron Islas Eolias.
Buenos días!!
Hello everybody.
No, no ha acabado esta semana ni es la entrada aburrida de los entrenos de la misma. Y aunque parezca raro estoy escribiendo.
Es cierto que había perdido el hábito de escribir por qué sí. Desde el Retto poco he escrito, pero esta ocasión lo merece.
Ya han pasado algunas horas desde "lo de ayer" y la verdad todavía no sé cómo explicarlo. Sigo teniendo esa sensación de no saber si quiero que sea mañana y subirme a la bici ó venderla.
La verdad alguna vez antes me había sentido mal ó en pájara pero me conozco muy bien y sé que me he vuelto fondista y acabo "arreglándolo", ganándole a mi cuerpo, pero lo de ayer...Ufff cada momento iba a peor.
La verdad es que fui mal. No hablo de rápido ó lento, que lento iba, sino de ir mal, pero MAL en mayúsculas. Era una sensación rara. De importante ahogo. De impotencia, de querer y no poder. Pulso que no subía e iba como si me fuese a reventar el corazón. Vacío, sin fuerzas, sin hambre ni sed. Pasé sin duda el peor día de mi vida encima de una bici.
Porque amigos ciclistas y triatletas encima de la bici sufrir es divertirse ¿ a que sí? Exprimirte al máximo y llegar a agonizar por subir más deprisa tú montaña favorita ¿ a que sí?
Pues imagínate esa agonía a 6km/h ¿a qué no es divertido?
Si alguna vez te pasa he ahí "el peor día del mundo en bici".
Sonaba el arpa y mis ojos sin verlos sé que estaban iluminados, 6:50 a desayunar. Hoy será un gran día en bici.
Buen desayuno, creo que aumentar la comida de manera diferente fué el primer error del día. A continuación presiones y terminar de arreglar cosas, las gafas no aparecen y monumental cabreo conmigo mismo, segundo error. Así con la hora pegada al culo para casa de Germany y apretón para no llegar tarde, a mi modo de ver tercer y último error, lo demás sólo mi cuerpo sabe por qué pasó.
También mal día para Triki, el motivo que lo cuente él, cuñaooooooo.
Ya desde su casa salimos y nos ponemos en marcha y pronto el pulso se disparó. Un poco de pausa todo vuelve al sitio, aparentemente y enfilamos Carrasqueta hacia arriba, primer puerto del día en La Germánica.
Al poco de pasar la curva de los pinos me doy cuenta que había perdió el aerosol así es que ya además tenía agobio unido a la sensación de asfixia.
Germán me contaba de todo para intentar evadir mi mente y que me tranquilizara pero ni así. Sólo quería llegar arriba, con ansia, con todo, con ganas de recuperar pero iba tan mal que llegado el momento ya no tiraba ni de ganas.
Me decía una y otra vez ponte de pie, descansa la postura. Vamos pedalea, lentamente un pie, el otro, sólo pedalea, sólo un pie y luego el otro. No te propongas límites ni de tiempo, ni de distancia, de llegar, sólo pedalea no puedes abandonar sólo sigue que te sentirás mejor. Han pasado 5 minutos, luego 10. Y de repente apareció "eso" en la mente, el cual te dice:
Vale, es suficiente por hoy, mañana seguirás luchando.
Pero no quieres escuchar. Sientes un cansancio ligero, si encima no fuese suficiente con no poder respirar, mientras tu mente continúa el diálogo:
Ya, amigo ¡Bien hecho! Párate!!!
Y no paras. Y no puedes. Y el diálogo se vuelve más fuerte:
¿Qué quieres demostrar y a quién? Nadie lo ve, nadie lo valorará. Eres un idiota. No se debe esforzar tanto el organismo.Tu cuerpo se cansa más y más.
Y empiezas a creértelo. Caramba, ya me duele. Ya basta. Ya no puedo más. Estoy cansado. Más dificultad para respirar, dolor.
Te empieza a pasar gente. Gente que sabes que no deben pasarte. Y el cerebro sigue a la suya: Mírate, como subes, pareces un hipopótamo cojo. Estas gordito, sabes que te sobran 3 kilos. Todos al verte piensan que eres un tonto.
Tu cuerpo ya no te hace caso pero sigues pedaleando.
Me doy LÁSTIMA! Y en ese punto ya sólo quieres llorar. Quieres gritar, grita. Pero sigues, aprietas porque se ve la cima. Vamos corriendo. Y de pronto.
Llegas. Pero ya no puedes más.
Estas roto del todo. Sabes que tus piernas tienes al menos un par de cientos de kilómetros para ese día pero no puedes más te sientes sin aliento. Y ahí, ahí viene lo peor. La lástima.....
Y sólo te queda decir: Bien! Me ganaste. Y eso es lo peor. Perder. Porque sabes que una vez has perdido, puede pasar más veces. Y la lástima seguirá regresando una y otra vez. Te seguirá engañando y confundiendo, provocándote depresión y dudas, te estará seduciendo.
Y contra eso es contra lo que se lucha contra que eso no vuelva a pasar. Y ahora estoy escribiendo y pienso si compensa arriesgarse a pasarlo tan mal.
El peor día del mundo en bici.
Aloha.
Creo que nos veremos por las carreteras.