Marrón y verde.

Marrón y verde, auqnue para ser justos debería decir y azul de vez en cuando.

Estos días buscando situaciones parecidas al circuito de carrera a pie de Arenales he corrido por disversos sitios. He subido escaleras y numerosas cuestas, pero sobre todo he cambiado el asfalto que nos invade por caminos.

Mucha gente, entre la que me incluyo, desconoce que dentro de nuetsra ciudad, en unos casos y muy cerquita en otros tenemos monte y caminos estupendos por los que correr ó pasear.

Hasta no hace mucho y gracias a un ahora
amigo triatleta y períodista madrileño, no sabía que existe un camino de roca y tierra que discurre paralelo al mar desde la playa de la Albufereta, pasando por la de la Almadraba y que pasando por las faldas de nuestro far del Cabo Huertas llega hasta la playa San Juan.
Si conocía el monte Benacantil y nuestra Serra Grossa, pero hasta hace bien poco no había subido ni a pie ni en bici mtb.
La subida desde Vistahermosa es eso hermosa, y desde arriba hay unas vistas espectaculares.

 Tampoco conocía el monte de Orgegía, ni que hay caminos por los que correr ó pasear por detrás de la depuradora.

La conclusión es clara, cuanto más piedra piso menos me gusta el cemento/asfalto. Correr por camino de tierra es menos lesivo, es más entretenido amén de menos peligroso porque no hay coche y me encanta la paz que se respiera en contacto con la naturaleza. Me hace evocar sentiminetos y recuerdos de la niñez.

De niño me crié en el campo de mis abuelos con mis primos y siempre andabas explorando y corriendo por la montañas cercanas, a pie ó en bici, por sitios casi intransitables para todo lo que no fueran cabras.

De ahí que me ecante la montaña.

A decir verdad creo que me gusta bastante más que el mar. Creo que debido a esto tarde o temprano aflorará en mi algo que parece latente en mi interior. Hacer carreras de montaña.

Igual no tiene nada que ver pero, mi primer triatlón fué el Triatlón Cross de Santa Pola....¿ Casualidad?

Os recomiendo pasaros a los colores.