lunes, 20 de abril de 2015

La verdad real sobre la verdad de la Santa Faz.

Han pasado algunos días y hoy me voy a salir del sentido deportivo de este blog. Pero me apetece y creo que es importante y lo mejor me apetece escribirlo. Y lo más importante escribo lo que quiero desde el respeto, y el que no le guste que no me lea. Fin. 

Como reza el titulo hay varias verdades sobre este día. 
La verdad de la iglesia, la que quieren que creamos. La verdad de los historiadores, que va en función de a que hambito pertenezcan porque si son religiosos muchas veces no son imparciales. Y la verdad de lo que ocurre ese día. 
Pero en cualquier caso no está demás conocer algo de historia.  

La verdad sobre la Santa Faz. 

La devoción de los alicantinos hacia la Santa Faz viene del 17 de marzo de 1489, fecha del primer milagro conocido.

Historia de la reliquia

Nada nos dicen los evangelios sobre aquella piadosa mujer que, compadecida del sufrimiento de Jesús, le ofreció su velo para que limpiase su rostro ensangrentado, pero una ininterrumpida tradición ha llegado hasta nuestro tiempo, venerando las imágenes de aquel rostro que quedó grabado en las tres dobleces de aquel velo. Una se encuentra en Roma, otra en Jaén y la tercera, que es la que a nosotros nos ocupa, en el Monasterio de la Santa Faz de Alicante.

La reliquia permaneció en Jerusalén hasta el siglo VI, en el que empezaron las primeras invasiones musulmanas y los cristianos por miedo a que fuera profanada, juntamente con otras reliquias, la trasladaron a la isla de Chipre, donde permanecieron hasta el año 640, en el que fueron llevadas a Constantinopla, en busca de un lugar más seguro, siendo depositadas en la Iglesia de santa Sofía, donde el santo lienzo quedó expuesto al culto y veneración de los fieles.

El 29 de Mayo de 1453, siendo Emperador de Constantinopla Constantino XII, la ciudad fue tomada por los turcos y, según cuenta la tradición, los hijos del Emperador, huyeron a Roma, llevado consigo varias reliquias, entre ella la de la Santa Faz, que entregaron al Pontífice Nicolás V, que guardó el Santo Lienzo en su oratorio privado.

Siendo Papa Sixto IV, hubo en Venecia una tremenda epidemia y el Papa les envió, por medio de un Cardenal, la reliquia de la Santa Faz que guardaba en su oratorio, (con la expresa orden de que pasada la epidemia la devolviesen a sus manos) quedando poco después totalmente extinguida la epidemia. Repetidas veces el Papa reclamó la devolución de la Reliquia y sólo cuando los venecianos se vieron amenazados de graves sanciones canónicas accedieron a devolverla por el mismo Cardenal que la había llevado. Poco antes de su llegada Roma falleció el Papa y el Cardenal guardó la reliquia en su oratorio privado.

la Santa Faz llega a Alicante

Acompañando a un Cardenal (no se ha conservado su nombre), de paso en Alicante, el sacerdote D. Pedro Mena, viajo a Roma y al ser nombrado Cura de San Juan, el Cardenal le regaló el sagrado lienzo que custodiaba en su oratorio, recomendándole la veneración y estima merecidas a dicha reliquia.

D. Pedro Mena la depositó en el fondo de un arca en la guardaba objetos de valor del Templo. Algún tiempo después, al abrir el arca, encontró el lienzo desplegado y colocado en la parte superior sobre la ropa que lo cubría. Al repetirse este hecho, colocó el lienzo sobre una tabla quedando expuesta a la veneración pública.

En el año de 1489 y con motivo de una fuerte sequía se pensó en organizar una procesión de rogativas, en la que se llevaría el lienzo de la Santa Faz. Dicha procesión se organizó el 17 de Marzo de 1489, desde el pueblo de San Juan hasta el santuario de Ntra. Sra. de los Ángeles. “Después de haber caminado como un cuarto de legua, al pasar el pequeño barranco de Lloixa, el sacerdote que llevaba la Santa Faz en sus manos (P. Villafranca), sintió tal peso en sus brazos que no pudo mantenerlos en alto, al mismo tiempo que perdía el movimiento de sus pies, teniendo que ser auxiliado por otros sacerdotes, que le llevaron hasta una pequeña altura más allá del barranco. Una vez allí todos los presentes pudieron ver como del ojo derecho de la Santa Faz salía una lágrima que se paró en la mejilla, creciendo de tal manera que aún los que estaban más apartados pudieron verla. Impresionados regresaron a San Juan, acordando repetir la procesión de rogativa el viernes siguiente.”

En este mismo lugar, en el año 1490, se levantó un nuevo templo de 34 metro de largo por 10 de ancho, al que se agregaron las dependencias necesarias para la comunidad encargada de la custodia del lienzo de la Santa Faz. Esta Comunidad pertenecía a la orden de San Jerónimo, que permaneció en el monasterio muy pocos años, instalándose en él el 17 de Julio de 1518 una comunidad de cuatro religiosas Clarisas, procedentes del Monasterio de Gandia.

 

Este templo se declaró ruinoso y fue demolido en el año de 1748, construyéndose el actual que fue terminado en el año de 1766. El 16 de Julio de ese año era depositado el lienzo de la Santa Faz en el nuevo templo.

(Notas tomadas del libro “LA VERDAD SOBRE LA SANTA FAZ” de Federico Sala Seva).

Pero existe otra verdad, La realidad del día de Santa Faz. Desde entonces, el 

Monasterio de la Santa Faz ha sido lugar de peregrinaciones desde todos los confines de España siendo numerosos los Reyes y Jefes de Estado que han orado en el Templo. La festividad de la Santa Fazes en un acontecimiento anual del que no se sustrae prácticamente ninguno de sus vecinos.



Pero existe una cruda y asquerosa aveces realidad. La otra verdad de santa faz

Esta es que únicamente es un día de fiesta.  Si fuese sólo eso un simple día de fiesta más en una sociedad que más allá de la creencia ó no religiosa, también está perdiendo las tradiciones. Los modales, la educación..... Pero es una fiesta sin medida, educación ni civismo. 

Cada uno hace y debe  hacer de su capa un sallo, pero recuerdo que hace ya años entre los jóvenes el día de Santa Faz ha quedado  relegado aun simple botellón de día entero y flirteo adolescente, y lo peor es que no tan adolescente. 
Otro hábito muy extendido es que los jóvenes acudan a la romería y después vayan a la playa. 
Así quedó la zona de la playa y adyacentes del monasterio. 


¿De verdad la Santa Faz significa esto?
No lo creo. 
No seré yo quien haga apología de la religión, pero ni una cosa ni otra. Y si tuviera que elegir, ante esto elegiría ser beato. Porque esto es una sin razón. 

En casa siempre se vivió activamente la tradición con devoción aunque no por ser fervientes practicantes, que sí creyentes, sino como una tradición que ha pasado de generación en generación. 
Siempre fué un día familiar y disfrute. 

Yo no acudí a la romería. 
Ya hace algún tiempo que no necesito que sea el día "de" para acudir al monasterio y como va siendo habitual este día lo dediqué a pasarlo con los amigos haciendo deporte y luego con mi pareja y mi hijo. 
Pero en mi mente el día de Santa Faz es más como en la canción de Guaraná. 

Aloha y nos vemos caminito de Santa Faz. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario